Claudia Aranovich
Muestra antológica en el Museo Sívori
por Marcela Costa Peuser (Arte al Día)
La muestra antológica que se exhibe
en el Museo Sívori reúne piezas paradigmáticas que representan distintos
momentos de su larga carrera artística: esculturas, instalaciones, relieves,
objetos lumínicos y una videoinstalación.
Semillas que se abren como promesas de nueva vida, raíces que crecen envolventes en una esfera, conos de luz y espinas que hieren, escudos y caparazones que se alzan en procura de protección, figuras humanas que emergen de las profundidades de las formas; Claudia Aranovich (1956) navega de la figuración a la abstracción y de lo natural a lo artificial, al tiempo que rescata la simbología ancestral cuidadosamente guardada en el mar de la memoria colectiva.
Esta artista visual nacida en Buenos
Aires y cuyos campos de acción son la escultura y las instalaciones, elige para
sus obras, materiales que le exigen fuerza, dedicación y compromiso. Sus
conocimientos en arquitectura la llevan a crear espacios y formas en los que la
transparencia y la luz son parte esencial de la obra. Talla la madera, trabaja
el metal y elije la resina para lograr transparencias, luces y sombras.
Aranovich crea formas que provienen
de la naturaleza, esferas y semillas que nos hablan de un alma femenina, del
origen, del cuidado y la contención. Formas cubiertas por la piel antigua de
cortezas, atravesada por nervaduras y cicatrices. Una piel tallada por el
tiempo, la memoria y el dolor universal.
Interesada en la fotografía
como soporte documental, la incluye dentro de muchas de sus obras bajo varios
velos de resina o grabadas sobre metal, remitiendo a historias propias y
ajenas.
A partir de 2001, trabaja con el vidrio de
parabrisas de automóviles roto, un material que nos habla del destrozo, de la
angustia y la desesperanza y que al rescatarlo y protegerlo bajo una capa de
resina le infunde nueva vida.
Así nacen sus banderas izadas
sobre armas en desuso que flamean, esperanzadoras, en un nuevo horizonte.
Su interés por las nuevas tecnologías la llevó a crear la mágica
videoinstalación “Marea alta” en colaboración con Margarita Bali (videodanza) y
Gabriel Gendín (sonido especializado) que se presentó en el 2013 en el Teatro
General San Martín; en la que figuras danzantes se proyectan sobre formas
marinas realizadas en resina.
Becada por Antorchas en 1998
para perfeccionarse en el exterior sobre Arte en Espacios Públicos, realizó dos
estimulantes experiencias a través de programas para artistas en residencia en
Villa Montalvo Center for the Arts, California y más tarde, en el Kent
Institute of Art & Design, Canterbury de Inglaterra. Participó de la IV y
VI Bienal de la Habana y tiene obra emplazada en espacios públicos en Argentina
y Estados Unidos.
En el marco de la muestra se
presenta el libro de la artista el próximo jueves 14 de agosto a las 19 hs. en
la Academia de Bellas Artes; la cuidada edición realizada bajo el sello de
Mecenazgo está prologado por las críticas de arte Elena Oliveras y Nelly
Perazzo.